4.09.2014

Cotidianas

Venia en el 71 como todas las mañanas. Me pude sentar y al lado mio se sento una chica.
Yo venía como los perros cogoteando por la vantanilla hasta que me di cuenta que mi vecina de asiento no estaba bien.
En ningun momento la mire pero por el rabillo del ojo veia que se escurria lagrimas y la escuchaba sollozar.
Ahi me puse a pensar que hacer sin invadir su momento.
Le pregunto ¿estas bien? .... si claro, llora asi porque esta en la cresta de la ola.
La miro fijo y le hago una morisqueta?... siguiente idea.
Empiezo a revolver mi mochila, saco papeles, libro, agua, funda de gafas hasta que encuentro pañuelitos.
Guardo todo y como quien no quiere la cosa, sin mirarla, le paso el paquetito.
Ella lo agarra, saca uno, se seca los ojos y empieza a revolver su bolso.
Busca y busca y saca algo.
Como quien no quiere la cosa, sin mirarme, me pasa un caramelo.
Yo sonreí y ella creo que también.

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