11.26.2010

Guardianes de la bahía


Desde que tengo 6 meses que conozco el mar. Toda mi niñez y adolescencia pasé mis vacaciones en Playa Serena, donde mi abuelo hizo la casa.
Me gusta mucho el mar. Mucho.
Amo las olas grandes, esas que te revolean como un pulpo y te dejan de cara contra la arena y con la bikini de collar. Me encanta la playa ancha, las banderitas que te dicen como está la marea, las avionetas que publicitan “Telas Arciel para guardapolvos” y todos los personajes del verano.

Los que alquilan carpa: tiene sus sillitas de caña, sus lonetas del balneario, y los separa  esa soguita que nos dice “vos sos plebe, quedate de ese lado”
Lo divertido es verlos con pasito acelerado cuando tratan de disimular que se están quemando la planta de los pies camino al mar. Levantan una mano como si saludaran a alguien:
-          Alberto!, esperame que voy.- Y en realidad salen corriendo hasta donde el arena ya se hace fresca y dejan las patas en remojo.

El guardavidas (cariñosamente, el bañero): con mi familia a través de los años fuimos apodando a los bañeros de turno. Tuvimos a He-Man, era uno con cara muy complicada, rubio de sol y químicos, violentamente musculoso. Tenía el tamaño de una puerta Pentágono  y usaba una sunga azul.
Otro año apareció Espina, era flaquito, bajo, con muchos rulos y cero % de grasa en su cuerpo. Corría como una liebre y nos caía bastante bien. Usaba el short naranja de la cruz roja.
Años después apareció una chica pero creo que no la apodamos, solo nos dedicamos a envidiarla.

El barquillero: tenía el labio leporino. Siempre vestido de punta en blanco, con su tacho lleno de barquillos. Es el día de hoy que con mis primos recordamos la musiquita que tocaba con el xilofón y el grito de “barquillero barquillo”. (A veces te daba uno mas de lo que indicaba la flechita)

Con los años muchas cosas fueron cambiando. Las modas, los chicos cool, los nombres de los balnearios… pero hay cosas que nunca cambian, como el partidito de tejo al atardecer, los barrenadores, y los que juegan a la pelota como si estuvieran solos en el mundo.

Verano, calor, día de playa. Yo estaba cual larva tirada en una loneta panza al cielo. Un grupete de adolescentes se puso a pelotear y decidieron que lo mejor era armar el arco, de espaldas a nosotros, los mortales de la segunda quincena.
Los sonidos eran: Pum! – Guarda guarda!!!!- No pasa nada, siga siga. GOOOOOOOOOOOOOOOL – Perdón señora – Nos alcanza la pelota señor?

Ya entrando en estado de siesta, escuché el ruido de un pie pateando la pelota, acto seguido un UY y siento como el caucho se estrella contra mi pierna. Me levanto medio adormecida, pongo la cara de culo pertinente y giro en la loneta. Después de las disculpas, siguieron jugando.
6……. 7 minutos después, uno de estos púber no se si quiso demostrar que su zurda era poderosa o simplemente era bruto por naturaleza, pero mi cara que estaba rumbo sur apareció como por arte de magia mirando al norte.
Cuando logré sacarme los pajaritos que bailaban alrededor de mi cabeza, me paré:
-          Te parece?
-          No, perdón, perdón
-          Perdón nada, me pegaste antes, le pegaste a la señora, le desacomodaste el carro al pochoclero…. Corrés el arco o lo corro yo?
-          Listo, listo, no jugamos mas.
-          Genial

Barrenadores VS conchilla
Un verano decidimos alquilar una tabla de surf. No me pregunten que se nos cruzó por la mente, quizás un pedo Jack Johnson o algo similar, pero la cuestión es que la alquilamos.
Cuando me tocó el turno de usarla estaba chocha. Barrené varias olitas, casi me sentí canchera y pasó lo que pasa cuando una le pierde el respeto al mar. Se clavó la punta de la tabla en la bajada de una ola y después de dar una vuelta carnero en el aire terminé de espaldas en la orilla tragando conchilla. Igual no me rendí, seguí hasta que sangré, ese es mi límite.

Así que ya saben, este verano le estoy sacando el polvo a mi barrenador de telgopor, inflando mis flotadores con forma de patitos amarillos y juntando mi balde y palita. Si quieren pasarlo, bomba, ya saben donde encontrarme.


11.24.2010

El viajar es un placer…



 


Se acerca el veranito, la organización de las vacaciones y ese momento mágico de ir a una terminal.
Dicen que uno de los momentos mas estresantes que vive un ser humano es el de la mudanza…… a mi ir a una terminal de micros, avión o cualquier transporte que me lleve a algún sitio, me pone los nervios de punta.

Ya los amontonamientos no me hacen muy feliz, si a eso le sumamos personas con mil bolsos, señoras con canastas repletas de galletitas y sanguches de milanesa, chicos corriendo con las mochilas de  los Teletubies y colas interminables para despachar una valija, colapso.
Siempre tengo la sensación que voy a perder el micro, nunca entiendo lo que dicen en los altoparlantes e indefectiblemente, siempre me parece que me subí al micro equivocado.

Hace algunos veranos atrás me fui a Río Gallegos en micro. Si, en micro, 41 horitas de ida y 39 de vuelta (parece que a la vuelta estábamos con viento de cola).
En ese micro se generó una especie de comunidad con la gente, prácticamente somos familia, nos escribimos para Navidad y año nuevo.
Muchos fueron bajando en el medio y otros subían, así que el público se fue renovando, salvo algunos pocos como yo que fuimos de punta a punta.
Primero me tocó un chico en el asiento de al lado que roncaba rítmicamente. Dos ronquidos, una descarga de aire, algo así.
- GRRRRR GRRRRRRR        FFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF

Soportable, yo tenía mi walkman (si, si, en ese momento era walkman).

Llega el momento de la peli. Genial, dos horitas que se pasan más rápido.
Ponen el VHS y aparece El guardaespaldas.
Bueh, ya la vi, pero dale, no hay nada mejor que hacer. La vemos entera, cantamos con Whitney que en ese momento no estaba consumida por las drogas y le guiñamos un ojo a Kevin Costner cada tanto.
Termina la peli…… miramos por la ventana, que linda la pampa………… otra peli.
Genial, este viaje viene como piña!
Ponen el VHS……..El guardaespaldas de nuevo……
Me estás jodiendo?....... se deben haber equivocado, ahora se van a dar cuenta y la van a………no.

Nos vemos nuevamente entera la peli, le pescamos cosas que antes no le habíamos visto, por ejemplo, como le tiembla la papada a Whitney cuando canta la canción de Corky.

Dormitamos un rato, bajamos en algún parador a estirar las piernas, ya amaneció.
Me subí a un micro…. De golpe veo que en mi asiento no estaba mi mochila roja, sino una negra….. mmmmmm yo traje la mochila negra o la roja? Yo no tengo mochila negra………. Mientras pensaba todo esto, me doy cuenta que al lado de este micro, había otro igual……..
Me bajé como una lady, y subí al micro que correspondía.

Sana y salva en mi asiento, se prende la tele. Ponen un VHS y parece que se habían olvidado de rebobinarla, así que vemos en imagen como va de fin a principio una película de tiros o algo así.
Listo, llega al principio, ponen play… y nada…… no anda.
La sacan, ponen otra……. El guardaespaldas y la recalcada #!!!$%&

En el viaje de ida esta película la vi 5 veces. Me sabía los diálogos de memoria, las canciones y hasta los nombres del vestuarista y de los extras.

El viaje de vuelta lo hice con 2 amigos, lo cual fue grandioso.
Nos tocó un nene Chileno que lo único que le preguntaba a su mamá cada 2 minutos y medio era:
-         Máma, falta mucho para que lleguemos a la plaia?

Esto se repitió desde Río Gallegos hasta Puerto Madryn…… saben cuantos kilómetros hay en el medio????? SABEN???!!!! 1200 Km, unas 15 horitas. Mi amigo (al cual vamos a llamar de ahora en adelante José) terminó gritándole algo parecido a SEÑORA DIGALE QUE FALTA MUCHO PARA LA PLAYA.
Unas horas después, José comenzó una batalla con dos criaturas que viajaban en un auto que iba adelante nuestro. Los nenes nos empezaron a mostrar sus deliciosos alfajores y a sacarnos la lengua. José, en un ataque de ansiedad provocado por su necesidad de tabaco se paró contra el vidrio de adelante mientras los insultaba y los amenazaba de muerte. A Dios gracias el auto se alejó y no tuvimos mas contacto con esa gente.

Nos encontramos con una amiga en el parador de Comodoro que venía de una fiesta, volvimos a ver el guardaespaldas, discutimos con un pibe al cual le sonaba un despertador y no se hacía cargo………..

-         Despertador: Piripipí, piripipí, Piripipí, piripipí Piripipí, piripipí Piripipí, piripipí
-         José: Flaco, este bolso es tuyo
-         Flaco: No
-         José: Estás seguro?
-         Flaco: Si
-         José: Pero está arriba de tu asiento, no es tuyo?
-         Flaco: Ah si
-         José: No escuchas que suena un despertador?
-         Flaco: Ah
-         José: Es tuyo el despertador?
-         Flaco: ………….
-         José: Podés apagar eso? Hace 20 minutos que está sonando.


 Este año, Mar del Plata. Cerquita, bien cerquita.....

11.23.2010

Juan

Juan se quedó y trabajó con los novicios que iban llegando, todos muy listos y rápidos en sus deberes. Pero volvióle el viejo recuerdo, y no podía dejar de pensar en que a lo mejor había una o dos gaviotas allá en la Tierra que también podrían aprender. ¡Cuánto más habría sabido ahora si Chiang le hubiese ayudado cuando era un Exilado!


-Rafa, tengo que volver -dijo por fin-. Tus alumnos van bien. Te podrán incluso ayudar con los nuevos.
Rafael suspiró, pero prefirió no discutir. 


-Creo que te echaré de menos, Juan -fue todo lo que le dijo.
-¡Rafa, qué vergüenza! -dijo Juan reprochándole-. ¡No seas necio! ¿Qué intentamos practicar todos los días? ¡Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces, cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad! Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un Aqui. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un Ahora. Y entre el Aqui y el Ahora, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?



Rafael Gaviota tuvo que soltar una carcajada.
-Estás hecho un pájaro loco -dijo tiernamente-. Si hay alguien que pueda mostrarle a uno en la Tierra cómo ver a mil millas de distancia, ése será Juan Salvador Gaviota. -Quedóse mirando la arena-: Adiós, Juan, amigo mío.



-Adiós, Rafa. Nos volveremos a ver. -

Y con esto, Juan evocó en su pensamiento la imagen de las grandes bandadas de gaviotas en la orilla de otros tiempos, y supo, con experimentada facilidad, que ya no era sólo hueso y plumas, sino una perfecta idea de libertad y vuelo, sin limitación alguna




Juan Salvador Gaviota.

11.18.2010

A qué piso vas?

Los ascensores. Esas cajas a las que te subís y te llevan de una altura a otra tocando un botón.
Hay de muchos modelos.
Los que más me gustan son esos de los edificios antiguos, que suelen estar en el centro del edificio y son con rejas, como en una propaganda de jeans muy vieja que ya no recuerdo…..

Están los que se cierran herméticos, como una caja de acero y una no sabe si va a una dimensión desconocida o al centro de la tierra, pero hay que confiar que cuando se abra la puerta, estamos donde queremos estar.
Estos particularmente no me gustan mucho, sobre todo cuando vas a un piso 27, y en los 10 primeros no para, así que es como que te presurizan y te empiezan a doler los oídos. Si puedo evitarlos, lo hago….. pero claro está que 27 pisos por escalera a veces se complican.

Los que me causan risa son los que te hablan. Entrás, estás ahí sola y escuchas:
-         Buen día
-         Buen día (Yo siempre contesto, por si hay alguien mirando por alguna cámara )
-         Piso 23, gracias por subir con nosotros.
-         No de nada che.


Igual, más allá del ascensor en sí, está el usuario del ascensor.

Ayer tuve el agrado de encontrarme en la planta baja de un sanatorio, con el caballero Silvio Soldán. Yo quedé delante de él junto con otro montón de gente que estábamos tratando de subir a los respectivos pisos.
Llegó un ascensor que indicaba que se iba para los subsuelos, y yo iba al 7, con lo cual, no me moví. Si voy para arriba no me subo al ascensor que baja, espero el que venga para arriba.
Silvio, me miró con cara de “dale querida, subite al ascensor” y dijo:
-         Pero….. que se va.

Y atinó hacerse el ágil y tirarse adentro del ascensor.

A lo cual respondí:
- ¿Pero que? Yo voy para arriba, si voy arriba no subo al que baja
- Se puede subir igual.
- No se preocupe igual va a volver. No tiene escapatoria.

Cuando reapareció uno de los ascensores, ya venía cargadito, de la gente que hace la misma piolada que quería hacer Silvio y no se podía subir, así que yo me fui por la escalera y Silvio se quedó quejándose junto con dos señoras que lo habían reconocido y estaban chochas.

Planta baja, hay dos botones. Uno que indica para arriba y otro que indica para abajo.
Si vas para arriba, tocás el de arriba, si vas para abajo, tocás el de abajo. ¿Estamos todos de acuerdo con eso? Entonces ¿por qué se ponen a tocar los dos botones varias veces como si fuera un videojuego? El ascensor va a tardar lo mismo en llegar, no es un acelerador de velocidad eso muchachos.

Yo contrataría a un tipo que por un parlante gritara:

-         YA ME TOCASTE FLACO, EN CUANTO PUEDA VOY BAJANDO.

Es como el timbre del colectivero, tocá una vez, el colectivero ya sabe lo que significa. Cuando hizo el curso de colectivero, le tocó responder esa pregunta:
7) Cuando suena el timbre, ¿que debe hacer?
a. Acelerar a fondo.
b. Marcar el boleto escolar en la máquina ticketeadora.
c. Abrir la puerta trasera en la próxima parada.

Colaboremos. De a poquito, pequeñas cosas que nos hacen más fácil el día a día.


Dato: Silvio Soldán usa peluquín. Puedo asegurarlo.

11.09.2010

El almacén de Don Felipe

 


Si hay algo que me aburre sobremanera, es ir al supermercado. Son góndolas y góndolas y mas góndolas de mil productos, marcas y colores de las cuales en la practica, uso aproximadamente 20.
Mas o menos en el supermercado que frecuento, tengo idea donde está cada artículo o al menos las categorías a grandes rasgos y aunque a veces voy por algo puntual, termino recorriendo todos los pasillos “por las dudas”. Ese por las dudas hace que llegue a casa con mas peso del que puedo cargar y con mas huevadas que alimentos.

Hay góndolas que me dan miedo, por ejemplo la de papel higiénico. Hay mil millón marca y texturas. Estilo lija, papel diario, acolchonadito con un cachorro en el envoltorio... Alguien me puede explicar por que hay un perro en el paquete de papel higiénico? Es tan suave que hasta le limpias el culo al perro? Es tan duro que le podes tirar el rollo al can cuando se manda una macana?? no me queda claro el mensaje.

Un momento divertido es si enganchas a algún hombre que le pidieron que compre toallitas femeninas. Quedan parados frente a todos esos paquetes e inevitablemente sacan el celular:

  • - Escuchame Romina, hay paquete amarillo, verde, violeta y celeste. Diarias o para esos dias.Diurnas, nocturnas. Con alas clásicas, con alas ultra delgadas, con alas teen, alas tanga y para ropa negra. Ya después están los pañales para adultos.


Y después de arrastrar el chango y combatir cuerpo a cuerpo con las señoras que quieren llegar a las cajas como si su vida dependiera de eso, nos queda la cereza de la torta: la cola para pagar.
Por lo general, si la caja rápida es hasta 15 artículos, yo tengo 17, con eso no hay tu tía.
Listo, siempre ando con auriculares, así que me pongo en la cola de mil personas y oteo los artículos que me quedan cerca. De a poquito me voy acercando, ya me queda solo una mujer adelante.

La cajera necesita cancelar un articulo, toca el botón y se prende la luz de su caja. La encargada viene desde la otra punta del salón con su riñonera llena de monedas y 10 tarjetas magnéticas. Viene lento, lento, muy lento. Llega, pasa una tarjeta, teclea y listo, articulo cancelado.
Perfecto, ya casi termina la señora y me toca.

           - Señora, se olvidó de pesar las bananas.
           - Hay querida, podrás llamar a uno de los chicos para que las pese?
           - No señora, usted tiene que poner las bananas en una bolsa y pesarlas en la sección de frutas.
           - Por favor, llama a un encargado.
           - Psssssfffff. Personal de frutería, por favor presentarse en caja 7.


El almacén de Don Felipe era otra cosa. No había que cancelar artículos, no había que pasar por 20 secciones ni descifrar un acertijo para llevarse una mayonesa.
Felipe nos conocía, nos regalaba siempre unas aceitunitas, nos anotaba las cuentas en un papelito alargado y si no llegabas con las monedas, te la dejaba pasar. Si no tenias envase, no pasaba nada, el te decía que después lo lleves, y vos después lo llevabas. Era el código, nadie iba a cagar a Don Felipe, porque era nuestro vecino, porque estaba ahí a la vuelta, porque era él, Felipe.

A veces se extraña el barrio....


11.08.2010

El silencio es salud

Hay avances de la tecnología realmente interesantes. Hoy día ya estamos más que acostumbrados a la idea, pero es muy loco que una pueda andar caminando por la calle con un aparato de 7 x 4 cm hablando con cualquier persona del planeta.
Podemos hablar, mandar fotos, escuchar música....... y joder a todo un vagón de subte.

La elección del ringtones no es cosa fácil. Ni hablemos si queremos identificar a distintas personas por la música. Lo intenté varias veces pero siempre me confundo y termino mirando el nombre del que llama. Pero el punto es que el ringtone es para nosotros mismos y no para todo un vagón.
Suena un celular…… suena…….. todos empezamos mirar a la persona de la cual sale el grito de Franco De Vita, pero ella no se da por aludida. Hacete cargo, si, si, en algún momento pensaste que era buena idea poner esa canción.

-         Disculpame, me parece que te suena algo.
-         Ay perdón! Es que lo tengo tan bajo que no lo escucho con los auriculares.
-         Claro….. por eso yo lo uso en vibrador…..

Hay gente que es ruidosa, desde que masca el chicle hasta que atiende el teléfono…..

-         HOLA MAMA, COMO ESTAS?....SI ACA EN EL SUBTE CAMINO AL TRABAJO. EN SERIO? Y QUE COLOR? PERO LE QUEDABA MEJOR EL ...HOLA, HOLA, HOLA ME ESCUCHAS???YO NO TE ESCUCHO. SI ME ESCUCHAS TOCA ALGUNA TECLA. Ay me parece que se cortó……

Que bueno que nos lo aclaraste che, nos quedamos más tranquilos……

….”Te amo, desde el primer momento en que te vi… y hace tiem” 
-         HOLA MA, SI SE CORTÓ. ES POR LA SEÑAL DEL SUBTE. CONTAME DE ALBERTO…..EN SERIO?... Y MARTA QUE LE DIJO? ES UNA TURRA… HOLA, HOLA, ME ESCUCHAS? HOLA MAMI….. otra vez. TE MANDO UN TEXTO.
TI TU TE TE TE TE TI TA TA TI TI TA TA TA TA TA TA TI TU TE TE TE TE TI TA TA TI TI TA TA TA TA TA TA

No entiendo  a la gente que le pone sonido a las teclas del celular. Es irritante, es imposible. Tendría que estar prohibido.

-         pi pi
-         (pi) Negro, me copias?
-         (pi) Que hacés Cabeza??
-         (pi) che sale asado con los pibes?
-         (pi) si, hablé con el Tarta y dijo que después del papifulbo vayamos a lo del Tula.
-         (pi) Dale, vos compras la carne?
-         (pi) Si, yo me encargo. Decile a Tincho que traiga 3 cajones de cerveza
-         (pi) Dale, cuantos somos?
-         (pi) Creo que somos 5.
-         (pi) No nos quedaremos cortos con la cerveza?
-         (pi) No te preocupes, el Tula tiene Fernet.

Yo por trabajo use Handy durante 2 años y se que se puede usar como teléfono, sacándole el altavoz y poniendo el aparejo en nuestro oído o en su defecto, con el manos libres. Podemos tener la misma charla en privado sin que todos sepan que tus amigos y vos tienen un temita con las proporciones de la bebida.

Y por último, mi preferido. El que me dan ganas de gritar hasta quedar muda. El que escucha música desde el celular sin auriculares.
Van por la calle, el supermercado, el colectivo….
El verano pasado, en un micro de larga distancia, con calor, después de 12 horas de viaje, al adolescente que venía viajando atrás nuestro se le dio por pensar que al silencio que reinaba era mejor condimentarlo con una pizca de cumbia villera.  Me sangran los tímpanos, siento que se me sale el cerebro con cada acorde de ese organito.
Yo me asomé entre los dos asientos y lo miré, pero el no me vio. Mi amiga que ya venía descompuesta de calor, se asomó por arriba del asiento y le zampó una hermosa cara de culo. Creo que lo entendió porque el aparato ese enmudeció y no lo escuchamos ni respirar.

Muchachos no decidan por  mí. Déjenme con mi silencio, con mi “quetrequetren”, con mi vendedor ambulante……

11.07.2010

Uopa!

No puedo evitar reírme cuando alguien se cae. Sea amigo, familiar o un completo extraño, si se cae, automáticamente me causa risa. Y si la que está por caer soy yo, me resulta imposible no decir "uopa", es como el ruido del estornudo, imposible no hacerlo.

Algo que debería estar en el libro de récords Guinness es el tiempo que uno tarde en ponerse de pie después de una caída vergonzosa. Creo que prácticamente no se puede medir, en un microsegundo una esta parada con sangre en las rodillas, la mochila a dos metros pero con expresión de "acá no paso absolutamente nada y no se te ocurra preguntarme si estoy bien".
Ni hablemos de los pasos de baile techno que hacemos si tratamos de evitar la caída, una se retuerce con tal esmero y dedicación que si nos filmaran en ese instante, podríamos vender VHS con el titulo "Déjese caer, es mas barato"

Mis caídas también me causan carcajadas, como la vez que trate de correr el colectivo atleticamente y no me respondió la rodilla. Termine cuan larga soy en el medio de Tucumán y Reconquista a la vista de unas 70 personas entre peatones y pasajeros del 6. No hace falta aclarar que no me tomé el colectivo.

No discrimino edades, la misma risa me causa el pequeño que salió eyectado hacia atrás después que Mariana Fabbiani le ensartara un pelotazo en el medio de la frente como la señora que aterrizo a mis pies cuando estaba de paseo con mi hermana por Rivadavia. Ayudo, me preocupo por el lesionado, pero me río sin parar.

Así como los actores dicen que piensan en momentos complicados de sus vidas para llorar en una escena, yo cuando estoy aburrida recurro a mi stock (basto) de caídas para tentarme.
Una de mis favoritas es de mi autoria.

8 de la mañana. Bajo divina con mi pantalón blanco, sandalias y remerita pituca rumbo al trabajo. Encaro el pasillo que separa la escalera con la puerta de ingreso al edificio y veo que en la otra punta me espera mi amigo el encargado con el lampazo.
Yo, copada, para no ensuciarle lo que esta húmedo, me desplazo dando saltitos veloces como bailarina del Colon en puntitas de pie.
No se que ocurrió en el medio, pero cual Paloma Herrera salí despedida, incrusté mi rodilla izquierda contra el cerámico y mi otra pierna estirada fue dirigiendo mi destino rumbo norte, hasta frenar con la puerta de vidrio.
Me paré, agarré mi bolso que por esas fuerzas de la física, estaba en la otra punta del hall y dije: "Buen día Elio, cuidado que patina" y salí como una reina del edificio.
Es el dia de hoy que Elio sonríe cuando me ve con el pantalón blanco....

Quiero agradecer fervientemente a los que suben compilados a youtube de caídas, espero algún día poder aportar mi material y hacer reír.


11.04.2010

Como la lluvia en Buenos Aires...




"cuando los besos envenenan o cuando llueve en Buenos Aires
cuando se pone el sol en la imaginación"

La lluvia en Buenos Aires es hermosa. Los edificios antiguos se ponen mas grises, las cúpulas verdes se tonalizan y el olor a tierra mojada invade los barrios.

La ciudad se transforma, las calles se ponen patinosas, y la gente...... la gente es genial.

Empiezan las primeras gotas y el mundo enloquece. 
La que se hizo la planchita corre como Forrest Gump hasta el techo mas cercano, las chicas de los locales sacan los potus a la vereda para que se rieguen, los de los bares cierran y apilan sillas y los motoqueros se enfundan en esos trajes de goma que Neil Armstrong usó en 1969.

Las veredas se vuelven trampas mortales para los pantalones, un paso en falso y tenes barro hasta la pantorrilla. Las esquinas acumulan mugre y los colectiveros disfrutan de la salpicada. 

Y ahí, como quien no quiere la cosa, aparecen nuestros amigos los paraguas. Elementos que solos, no causan ningún mal, pero en manos de un humano son armas de destrucción masiva.

Si hay algo que me sorprende de los días de lluvia, es que los vendedores ambulantes pueden cambiar el "tomate loco" o el "porta DNI" (lease DENEEEEEEEEEEEEE) por un sin fin de paraguas en cuestión de segundos. Observen, se siente un trueno y los tipos cual mago Emanuel descartan la mesita donde tiran el tomate y sacan el tacho con todos los paraguas de colores, largos y cortos. Realmente tienen toda mi admiración.

Cuatro gotas locas y las veredas son intransitables. 
Muchachos, no esta lloviendo acido, es agua. Agüita. No pasa nada si nos caen unas gotas.
Pero no.... la gente se empecina en caminar por las veredas que miden 75 cm de ancho con un paraguas del tamaño de una sombrilla que ganaron en un bar, tirando de una ruleta de Fernet Fernandito. (Si alguien hace un petitorio para prohibir los paraguas de medidas desproporcionadas, sepa que tiene ahí mi firma!)

Se genera una sensación de poder para el que porta el paraguas, es una especie de escudo. No solo protege de la lluvia, si no de cualquier persona que tenga la mínima intención de circular por ese pedazo de vereda. Venir con un paraguas es como manejar un Scania, correte porque vengo yo!

Los altos mal que mal, la safan, suben un poco el brazo y todo pasa por debajo de ellos. Pero los de estatura media tirando a baja son asesinos. No tienen ningún pudor en clavarte la puntita metálica en la retina y mientras sucede, disfrutarlo. Creo que es un poco la venganza de los bajitos, se meten ahí abajo y le dan para adelante, como en las cruzadas, "que pase lo que tenga que pasar, yo me quedo acá".

En fin, yo soy de los que eligen la capucha porque el paraguas no se usarlo. Siempre me termino empapando los pies, nunca se si tengo que ponerlo contra el viento o contra la lluvia y tengo la sensación constante que se va a cerrar y voy a quedar atrapada. Como con la puerta giratoria.... 


Dato: Si te subis al subte A un dia de lluvia, recordá: bajo ningun punto de vista te sientes en el asiento que esta lindero a la cabina del conductor. Inevitablemente, el agua que cae de la rejilla de ventilacion de la calle, te mancha la camisa. Sabelo!