12.09.2013

Miradas

El domingo me fui a tomar una fanta a un bar. Me senté cerca de una ventana y me puse a ver para la calle. 
Al lado del bar había una heladería con un banquito de esos que había en las plazas, pintadito de blanco. 
Apareció una pareja. Tendrian no menos de 80 y se sentaron con sus vasitos.
Ella tenía gustos de agua. 
Los de el parecían cremas. 
Ella apenas llegaba con la punta de los pies al piso, la falda a la rodilla y una blusa blanca con flores turquesa. 
El un náutico cremita y una camisa de manga corta verde clarita.
Entre cucharadas hablaban. En realidad ella hablaba y el la escuchaba.
A el se le terminó el helado y después de tirar el vasito la miró.  
Ella seguía entre cucharadas y charla, concentrada en alguna historia y el la miraba.
Cuando dio la última cucharada levantó la mirada. Y en ese instante creo que se detuvo el tiempo.
Se sonrieron,  el la besó, le dio la mano y ella lo ayudo a levantarse. 
Se fueron caminando despacito tomados de la mano.
Eso es lo que busco.  Alguien que haga que se detenga el tiempo.