11.09.2010

El almacén de Don Felipe

 


Si hay algo que me aburre sobremanera, es ir al supermercado. Son góndolas y góndolas y mas góndolas de mil productos, marcas y colores de las cuales en la practica, uso aproximadamente 20.
Mas o menos en el supermercado que frecuento, tengo idea donde está cada artículo o al menos las categorías a grandes rasgos y aunque a veces voy por algo puntual, termino recorriendo todos los pasillos “por las dudas”. Ese por las dudas hace que llegue a casa con mas peso del que puedo cargar y con mas huevadas que alimentos.

Hay góndolas que me dan miedo, por ejemplo la de papel higiénico. Hay mil millón marca y texturas. Estilo lija, papel diario, acolchonadito con un cachorro en el envoltorio... Alguien me puede explicar por que hay un perro en el paquete de papel higiénico? Es tan suave que hasta le limpias el culo al perro? Es tan duro que le podes tirar el rollo al can cuando se manda una macana?? no me queda claro el mensaje.

Un momento divertido es si enganchas a algún hombre que le pidieron que compre toallitas femeninas. Quedan parados frente a todos esos paquetes e inevitablemente sacan el celular:

  • - Escuchame Romina, hay paquete amarillo, verde, violeta y celeste. Diarias o para esos dias.Diurnas, nocturnas. Con alas clásicas, con alas ultra delgadas, con alas teen, alas tanga y para ropa negra. Ya después están los pañales para adultos.


Y después de arrastrar el chango y combatir cuerpo a cuerpo con las señoras que quieren llegar a las cajas como si su vida dependiera de eso, nos queda la cereza de la torta: la cola para pagar.
Por lo general, si la caja rápida es hasta 15 artículos, yo tengo 17, con eso no hay tu tía.
Listo, siempre ando con auriculares, así que me pongo en la cola de mil personas y oteo los artículos que me quedan cerca. De a poquito me voy acercando, ya me queda solo una mujer adelante.

La cajera necesita cancelar un articulo, toca el botón y se prende la luz de su caja. La encargada viene desde la otra punta del salón con su riñonera llena de monedas y 10 tarjetas magnéticas. Viene lento, lento, muy lento. Llega, pasa una tarjeta, teclea y listo, articulo cancelado.
Perfecto, ya casi termina la señora y me toca.

           - Señora, se olvidó de pesar las bananas.
           - Hay querida, podrás llamar a uno de los chicos para que las pese?
           - No señora, usted tiene que poner las bananas en una bolsa y pesarlas en la sección de frutas.
           - Por favor, llama a un encargado.
           - Psssssfffff. Personal de frutería, por favor presentarse en caja 7.


El almacén de Don Felipe era otra cosa. No había que cancelar artículos, no había que pasar por 20 secciones ni descifrar un acertijo para llevarse una mayonesa.
Felipe nos conocía, nos regalaba siempre unas aceitunitas, nos anotaba las cuentas en un papelito alargado y si no llegabas con las monedas, te la dejaba pasar. Si no tenias envase, no pasaba nada, el te decía que después lo lleves, y vos después lo llevabas. Era el código, nadie iba a cagar a Don Felipe, porque era nuestro vecino, porque estaba ahí a la vuelta, porque era él, Felipe.

A veces se extraña el barrio....


2 comentarios:

  1. Lindo lindo....a veces se extraña el barrio...dependiendo qué barrio! jajajaj Un besote

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  2. Me hiciste reir y llorar. Ya lo creo que se extraña !!!

    qué bueno haberlo vivido. Saludarnos por el nombre, preguntar por la familia, hacerle el mandado a un vecino. No desconfiar del vuelto, las galletitas sueltas y la miel en el tamborcito. Añoranzas....... a pesar de tantos cambios, todavía puedo hablar con los vecinos, comparto ratos en la vereda y entre escoba y plumero van y vienen las noticias.
    Gracias por este refresquito. Hoy lo necesitaba.
    Abrazo

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